jueves, 25 de junio de 2015

Fin de semana con el blogger

No tienen idea lo complicado que puede ser la agenda de un blogger gastronómico. Sobre todo cuando debo repartir mi tiempo entre vida profesional, personal y de blogger. Por eso los fines de semana se convierten mi tabla de salvación. ¿O no?

La Cuadra de Salvador (Fiebre de sábado)

Mollejas crocantes
Visitar restaurantes de carnes es una labor que suelo diferir a lo largo del año. No es sólo por un tema de salud sino que para evaluar a fondo la carta lo más recomendable es ir a comer en grupo, situación poco frecuente en este blog. Igual, con los buenos comentarios que había recibido no quería dejar pasar más tiempo para conocer este restaurante.

La Cuadra de Salvador es un steakhouse, un restaurantes de carnes al estilo americano. La diferencia con la tradicional es que la carne se cocina en hornos broiler, sistema a través del cual el calor circula de abajo hacia arriba lo que permite una cocción rápida y pareja. El local está situado en una casona barranquina muy bien adaptada a restaurante. El ambiente principal es una terraza bastante amplia, al aire libre pero con un techo de madera que ofrece una sensación elegante y acogedora. Hay otros ambientes más formales dentro de la casona, ideales para una cena romántica o celebrar una ocasión especial. Para comenzar elegí unas mollejas de res al estilo de la casa. Vienen cocidas a un punto muy crocante, casi un chicharrón, lo cual deja al insumo sin su característica principal: el interior cremoso. En todo caso la sazón es adecuada y se deja consumir sola sin agregar el chimichurri o el ají de la casa. La porción es suficiente para compartir entre dos personas.

Cowboy steak
Es obvio que mi atención estaría dirigida hacia los cortes de la casa, sin embargo el tamaño de las porciones hace díficil mi decisión. Dejo que el mozo me recomiende un corte de la pizarra: el cowboy steak, un corte parecido al bife ancho con parte de hueso. Cuando llega a la mesa noto que cumplieron con lo solicitado, textura tierna y jugosa, en algunas partes más rosada en otras. No entraré en debates, cada quién escoge el punto de cocción de acuerdo al gusto. Para acompañar elegí  la ensalada Wedge: corazones de lechuga criolla, tomates cherry, cebolla y vinagreta de queso azul. Error mío por elegir una ensalada con una vinagreta tan intensa que empalaga rápido. Les recomiendo que no se compliquen y mejor pidan la ensalada parrillera con verduras frescas y aliño de la casa. A pesar de los buenos comentarios también prescindí de las papas trufadas porque no quería llenarme rápido.

Terrina Salvador
No es novedad que en los restaurantes de carne la parte dulce de la carta sea la más descuidada y lamentablemente La Cuadra de Salvador no fue excepción a la regla. Celebro que sirvan un brownie amelcochado, opción demasiado común para mi gusto, pero el uso de helado industrial me deja sin ganas de comer una sola cucharada más. Por el precio tranquilamente pueden usar algo mejor. La terrina de chocolate belga me llena de esperanzas pero cuando pruebo ese coulis cítrico el mundo se me viene abajo. Vamos, ¿qué pasa con el encargado de los postres? Resulta tan ácida que debo separarla para poder disfrutar el chocolate. Como dije al principio no es un punto débil, deduzco que la baja rotación de postres no justifica dedicarles mayor esfuerzo.

Como llegué muy temprano el salón estaba vacío y pude recibir una atención personalizada de todo el equipo, incluido el valet parking. El mozo me atendió con una bien estudiada cortesía que le funcionó en otras mesas pues vi que en todas había logrado colocar la misma ensalada de marras. Probablemente regrese a la hora de la cena para evaluar su capacidad de trabajo bajo presión. Una visita no será suficiente para escribir una reseña completa pero si para dejarme con las ganas de seguir investigando el resto de la carta. Tanto los cortes como las especialidades de la casa merecen otra oportunidad. Quizá más de una.

La Cuadra del Salvador queda en Jirón Centenario 105, Barranco.
Ticket promedio: S/.150.00
Volvería: Sí, probablemente en familia.

Sweet & Salad (Desayuno de alta escuela)

Cuando leí en Facebook que en Sweet & Salad ofrecerían, por única vez, desayuno buffet no demoré un segundo en hacer la reserva. Conozco a Tony Regalado, el chef pastelero y propietario del local, y no dudaba de su habilidad con las masas, las cremas y los dulces pero tener todo listo a primera hora de la mañana implicaba un esfuerzo mayúsculo que sólo alguien con capacidad y pasión podría realizar. Teniendo en cuenta que ya he visitado la mayoría de desayunos buffet de hotel cinco estrellas para mí ya no hay nada nuevo bajo el sol y mi valla de evaluación, aunque suene injusto, sería bastante alta. Tarea nada sencilla pero...
Mermeladas artesanales

Manejar a primera hora de la mañana puede ser una experiencia relajante, sobre todo cuando no tengo que preocuparme por el transporte público. Apenas entro veo que la pastelería sigue manteniendo ese ambiente acogedor y casero que me cautivó la primera vez que los visité. Tony  me presenta orgulloso cada una de sus creaciones. No sólo por la amplia variedad de panes y galletas sino por las mermeladas caseras, tres tipos de mantequilla, waffles y panqueques. Una estación pequeña pero muy surtida que no esperaba encontrar. ¡Vamos, pero sí esto implica trabajo de varias horas! 

Yogur griego de la casa
Ya me sentía impresionado con la propuesta pero Tony tenía un as abajo la manga: el yogur griego hecho en casa con vaina de vainilla. Basta una cucharada para sentir esa textura aterciopelada que hace años estaba buscando y pensar en agregarle miel hubiera sido una herejía. Intuía que eso era todo pero me ofrecen una bandeja de rollos de canela. Recién hechos. ¿Debo agregar algo más? Sí, las mermeladas se merecen una línea aparte porque tenían un punto moderado de azúcar, suficiente para que el sabor de la fruta no quede en segundo plano. Suficiente para repetir una y otra vez y sentir que voy quedando satisfecho. No me resigno a irme sin consumir algo más y pido aparte algunas trufas para llevar. Si les digo que el chef pastelero ganó un concurso de chocolatería entenderán porque es una obligación probarlas.

Sweet & Salad ya tiene un lugar asegurado entre mis favoritos del año. Para ser la primera vez se lucieron al mejor estilo con esta propuesta matutina. Ya quisieran ciertas cafeterías replicar la mitad de lo que hace el chef en su pequeño reducto. Cuando uno persona encuentra su pasión el resto es mero trámite y el día a día se encargará de recompensarlo. Eso sí, como envidio a sus vecinos.

Sweet & Salad queda en Bolognesi 656, San Miguel.
Ticket promedio: S/30.00 por persona.
Volvería: De hecho si vuelve a hacer el buffet. Si quedara más cerca viviría allí.


Market 770 (El pase del desprecio)

Salir un día del Padre sin reserva previa es un tiro de largo alcance. Peor cuando se produce un retraso inesperado y me veo en la obligación de hacer uso de mi limitada capacidad de improvisación. No es raro entonces que al llegar a uno de mis restaurantes favoritos me resigne a ver el salón repleto y anotar mi nombre en una lista de espera. Mi padre, definitivamente menos paciente que yo, se niega a esperar y sugiere probar suerte en el Westin Lima Hotel. Con suerte llegamos rápido pero en el tercer piso, donde se ofrecía un buffet, nos encontramos con la agria actitud de la anfitriona quien sin mayor preocupación nos dijo que no había sitio disponible porque todo estaba reservado, confirmado y prepagado. Parece que se olvidó que en el primer piso también hay otros restaurantes ¿O de repente prefería que vayamos a la competencia? Felizmente yo sí me acordé del Market 770 y su variada oferta de comida peruana e internacional.

Cebiche a la piedra
Mi padre siempre anda en la búsqueda del mejor cebiche y no le cuesta mucho trabajo decidirse por la entrada. Yo le sigo los pasos pero decido variar y elijo uno caliente. Valga la pena una anotación, siempre he probado estos cebiches con dísimiles resultados, algunas veces parecido a una croqueta, en otras a la brasa pero con un gusto a ceniza. El que me sirven se asemeja más a un sudado con langostinos y pulpo. Los sabores del norte se siente en boca y hubieran funcionado perfectamente de no haberse pasado el punto de limón. Y más atención al pulpo, si no conocen el secreto para que termine con una textura blanda mejor no lo sirvan. El cebiche clásico cumple las expectativas pero aparte del sabor fresco del pescado y el punto correcto de ají no amerita mayor comentario.

Pasta pekín
De fondo elijo la pasta Pekín, sa hor fan salteados con pato pekinés. La textura me deja con la impresión que lo han hecho con el fideo importado y no con la pasta de chichonfan que suele encontrarse en el Barrio Chino. Mejor para mí porque la textura al dente permite que el fideo coja el sabor del saltado. Vale el uso del cashew que le da un inesperado toque "crunchy" y de no haberse pasado el punto de salsa de soya hubieran tenido un plato bien logrado. El salmón al grill me devuelve la tranquilidad por su simpleza. Es que no se necesita más, el pescado bien cocido con verduras orientales sobre una camita de quinua. Me alegra encontrar una cremosidad y un sabor neutro que no le quita protagonismo al pescado. Todo marchaba sobre rueda pero la hora nos ganaba y prescindimos del postre porque mi padre estaba ansioso de ir a ver el partido de la selección en el lobby. Hubo la oportunidad de pedir creme brulee con helado artesanal pero al final me decidí por una copa de amaretto, suficiente para no prestarle mucha atención a la TV pero sí para acompañar a mi padre mientras renegaba por lo aburrido del juego. En fin me sentía satisfecho por haber sobrevivido a un fin de semana tan intenso pero cuando recordé las visitas que tengo programadas para julio preferí dejar que mi padre coja el timón para el camino de regreso y pestañear en el carro. Un momento, todavía quiere ir a tomar un café... 

Market 770 queda en Las Begonias 450, San Isidro.
Ticket promedio: S/120.00 por persona.
Volvería: Sí, sobre todo por los platos con influencia oriental.

1 comentario:

Gabriela dijo...

Ese desayuno de alta escuela me ha gustado... pero también me queda un poco lejos. A ver si en alguna ocasión me decido.