jueves, 20 de agosto de 2009

Tarapoto III: Desayuno en el río

Para salir de vacaciones siempre hay que ahorrar y establecer prioridades en los gastos. Cuando estuve en Iguazú mi meta era conocer las cataratas y tomar la mayor cantidad posible de fotos. Consecuentemente tuve que resignarme a comer pan de molde y jamonada para poder cubrir los gastos del hotel. Pero en mi último viaje a Tarapoto mi única prioridad era comer bien. Ese fue el motivo que me guió hacia el hotel Río Shilcayo, un hotel muy cómodo y que ofrecía un flamante desayuno buffett.
Es redundante mencionar cuanto me gusta comer en un buffet. La palabra sobriedad no existe en mi vocabulario gastronómico así que apenas entré al comedor cogí el plato más grande y me serví la mayor cantidad posible de bocadillos. La fruta estaba deliciosa y muy fresca. La papaya y el melón tenían un sabor diferente a lo que uno come en Lima. Los bocaditos salados si me desilusionaron porque ni siquiera estaban tibios. ¿Que gusto tiene un mini tamal si está frío? Habían también algunos quesos y fiambres para acompañar los pancitos pero nada más que valga la pena mencionar. Esperaba más de este buffet pero se vio compensado con todo lo que bueno que brinda el hotel.
Les recomiendo este hotel si quieren un lugar alejado del bullicio de la ciudad y donde pueden descansar en paz. El personal es muy atento y está atento a cualquier necesidad que uno pueda tener. Las amplias habitaciones son muy cómodas y cuentan con aire acondicionado. Además tienen un servicio a la habitación impecable. Como cereza del pastel pueden encontrar hamacas por todos lados para recostarse y soñar con vacaciones eternas. En lugares así la vida sí que es sueño.

Hotel Río Shilcayo queda en Pasaje Las Flores 224, Tarapoto
Teléfono 042 -522225

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Renzo, tu sabes que estuve en ese mismo hotel el año 2000 si no me equivoco porque mi papi todavía estaba con nosotros, aunque no en sus mejores condiciones de salud, aguantó perfectamente todo el viaje, incluso a las cataratas de Ahuashiyacu, a la Laguna Azul, que en realidad es verde, atravesamos el Huayaga en una balsa cautiva..toda una experiencia para mi esposo, argentino el, que nunca había estado en una selva tan frondosa.
De la comida es cierto, no parece ser el punto fuerte del hotel, pero es ideal para desenchufarse de la vida de ciudad.
Besos
Katia

Renzo dijo...

Estimada Katia
Que buenos que hayas pasado en Tarapoto esos momentos en compañía de tu papá.

Hará un par de años llevé a mi madre (previa consulta con el médico porque es operada del corazón) a visitar el cañón del Colca. Fue su prueba de fuego y la pasó con éxito.

Eso es lo mejor de los viajes: los buenos recuerdos que nos dejan

Un abrazo